Hank Butitta y su School Bus

School Bus Hank Butitta

Bitacoras.com: El bus escolar que se convirtió en el sueño de todo amante de la libertad. Aunque no circule ninguno por nuestras calles, los “School Bus”, los míticos vehículos amarillos de dudosa aerodinámica y que a diario reparten a millones de niños de Norteamérica de escuela en escuela, forman parte de nuestro imaginario colectivo.

Gracias a los cientos de películas y series que los han retratado, hemos tenido múltiples vivencias con ellos: hemos soltado alguna que otra lágrima con la emotiva conversación del final de Forrest Gump o nos hemos reído con las peripecias de Bart y Lisa camino del colegio. Pero lo que nunca hubiésemos pensado es que se podría vivir en ellos. Hasta que llegó Hank y nos descubrió todo un mundo de posibilidades. Hank Butitta debía afrontar este mismo año su último semestre en la universidad y la gran prueba de fuego: el proyecto de fin de carrera. Después de barajar algunas posibilidades que resultaron inviables y cansado de realizar sobre el papel los típicos planos que acabarían sus días en un cajón olvidados, encontró la respuesta para su trabajo en un simple autobús escolar que se vendía en un portal de Internet por 3.000 $ (poco más de 2.200 €). Junto a una creatividad sin fin y su pericia en las artes del bricolaje, de la que se declara firme seguidor, Hank se puso manos a la obra a lo largo de 15 semanas para transformar un vehículo casi destartalado en una casa con ruedas, elegante y moderna, a la que no le falta detalle: está equipado con todas las comodidades necesarias para que en sus 20 metros cuadrados puedan compartir espacio hasta 6 personas, como una pequeña cocina y un baño, así como dos camas. Pero lo más impresionante es el sistema de módulos que diseñó para habilitar diferentes espacios según las necesidades del momento: en un suspiro, puede convertirse un estudio, un comedor o un dormitorio, como podéis ver en este vídeo:

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El proyecto tuvo una gran acogida cuando Hank lo presentó ante el tribunal. Fue en ese justo momento cuando se percató de que no podía acabar ahí. Junto a Justin Evidon, amigo a la par que fotógrafo freelance, se embarcó en una travesía para recorrer Estados Unidos de costa a costa probando y demostrando la funcionalidad de su proyecto y de la que han dado buena cuenta en su blog. Lo que podría haber sido el plano de un edificio de oficinas impersonal en el centro de cualquier urbe, se ha convertido en el sueño de todo amante de la libertad: recorrer el mundo sin domicilio fijo. Porque, como reza el lema de su aventura, «a veces el mejor plan es no tener ninguno».

Imagen | Hank Bougtht a Bus

Redacción | Equipo de Bitacoras