El Camino del Norte, algo más que una vía de peregrinación

Cada año, con la llegada de la primavera, el cambio de hora y la subida de las temperaturas, el paso de peregrinos por el Norte se incrementa.

Al igual que ocurre con la música, o la moda, donde cada cierto tiempo resurgen tendencias hace tiempo olvidadas, el paso de peregrinos por aquellos primeros caminos – hace tiempo olvidados – vuelve a estar de plena actualidad.

¿Quién no sabe a estas alturas de la película que fue un rey asturiano – Alfonso II El Casto – quien en el año 829 partió de Oviedo para venerar los restos del apóstol convirtiendo así Santiago, en la tercera ciudad en importancia de la cristiandad, tras Roma y Jerusalén?

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Desde entonces, los Caminos del Norte han sufrido muchos avatares, han pasado de vivir momentos álgidos; en los que incluso era obligado el paso por Oviedo y por el Monasterio de Obona (Tineo) bajo pena de cárcel, hasta caer relegados al olvido. Desde aquellos años –s. IX-XI- en los que el tránsito de peregrinos era constante; hasta el punto de que un cantar medieval rezaba “Quien va a Santiago y no al Salvador (en alusión a la catedral ovetense), visita al criado y deja al Señor”, han pasado muchos siglos pero, los caminos permanecen impertérritos para deleitar a todos los que se animan a transitarlos.

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Cudillero, Turismo Asturias

A diferencia de antaño, los peregrinos que a día de hoy optan por recorrer el Norte en su peregrinar hacia Santiago no encontrarán grandes aglomeraciones de gente sino, más bien, todo lo contrario. El Norte nos ofrece esa paz y esa tranquilidad que busca quien ha visto en el Camino la oportunidad conocerse mejor a sí mismo, de hallar respuesta a sus preguntas y encontrar esa paz interior que todo el mundo ansía. Porque si bien es cierto que son muchas, y variopintas, las razones que mueven a una persona a emprender el Camino, también es cierto que todos asumen ese reto con la intención de conocerse mejor a sí mismos y con la seguridad de que la experiencia, aún con el paso de los años, siempre perdura.

Pero dejando al margen cuestiones personales, el Camino nos adentra en parajes que desbordan naturaleza y nos transporta a través de aldeas recónditas en las que parece que el tiempo se ha detenido.

A diferencia del Camino Francés, el Camino de la Costa o del Norte nos ofrece la posibilidad de viajar siempre con el sonido del mar y el repicar de las olas acariciando la orilla como sinfonía de fondo. La combinación del azul profundo del mar y el verde intenso de prados y montañas, unida al ambiente festivo y hospitalario del que disfrutan los pueblos costeros y marineros que jalonan el Camino, nos ofrece el mejor escenario para convertir esta aventura en unas auténticas vacaciones de verano.

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Playa del Oso, Ribadedeva, Turismo Asturias – Noé Baranda

En los casi 250 km en los que el Camino discurre paralelo a la costa asturiana, desde el punto más oriental en Bustio hasta el más occidental en la desembocadura del río Eo, el peregrino tendrá la posibilidad de transitar por pequeñas villas costeras llenas de sabor y encanto que se han convertido en un “must” entre los turistas y viajeros que visitan el Principado. Asimismo, el Camino de la Costa nos ofrece la posibilidad de sumergirnos en las aguas del Cantábrico en playas que, por su belleza, han sido declaradas reserva o monumento natural. Le aseguramos que un chapuzón en Torimbia, Vega, Rodiles, El Espartal, Bayas, Barayo, Frexulfe o Penarronda supondrá algo más que un simple alto en el Camino para refrescar y recuperar fuerzas. Hay lugares que siempre merecen una visita y éstos son sólo una pequeña muestra de una lista que resultaría interminable.

Además, no olvidemos que existe un ramal que comunica la localidad de Villaviciosa con Oviedo y que permite al viajero continuar su peregrinaje por el Camino Primitivo. Aquel que, por primera vez, recorrió Alfonso II en el año 829 y que atraviesa el interior de Asturias; a su paso por Grado, Salas, Tineo, Allande y Grandas de Salime, hasta adentrarse en tierras gallegas por el Alto del Acebo. Una opción que nos permitirá detenernos en la Catedral de Oviedo y contemplar el Arca Santa que durante siglos guardó algunas de las principales reliquias de la cristiandad. Del contenido del Arca fue testigo, en el año 1075, El Cid Campeador cuando Alfonso VI El Bravo, rey de León y de Castilla, acudió a la catedral de El Salvador en calidad de peregrino y procedió a la apertura de dicha arca de madera. En ella, según cuenta la leyenda, se habían depositado las reliquias de Jesús y María en un intento de alejarlas de Jerusalén ante la inminente llegada de los persas allá por el año 614.

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Cámara Santa, Ovied, Turismo Asturias – Armando Álvarez

En definitiva, elegir el Camino del Norte o de la Costa no sólo supone garantizar unos días de naturaleza desbordante y buen llantar sino que permite recorrer un Camino lleno de historia, tal y como lo corroboró la UNESCO (julio, 2015) al incluirlo en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, en el que prima la bondad y la amabilidad de las gentes que habitan en los lugares que aún a día de hoy permanecen ajenos al fenómeno turístico.

Imagen destacada | Colunga, Turismo Asturias – Noé Baranda