10 razones para una escapada con amigos esquiando
Hay veces que nuestro cuerpo y nuestra mente nos piden una escapadita con amigos. Cuando ya no nos aguantamos ni a nosotros mismos y hacemos todo como asqueados, es el momento de pararse, reunir a los de siempre y organizar unos días fuera. Ahora en invierno, no hay nada mejor que irse a esquiar, ¿nunca lo has probado? ¡Ve preparando tu maleta! Hoy queremos darte, ni más ni menos que 10 razones para animarte a organizar unos fantásticos días de esquí:
1. Nada mejor para bajar los polvorones
Si las Navidades aún siguen pesando (literalmente), esquiar es una de las mejores maneras de mover el cuerpo. Un deporte en el que se ejercitan y se tonifican todos los músculos. Lo podrás comprobar de primera mano si el primer día no estiras bien, notarás agujetas hasta en músculos que ni conocías su existencia. Pero lo mejor es hacer ejercicio y disfrutar a la vez, eso no pasa muy a menudo, ¿verdad?
2. Salir de la rutina
Esquiar es una de las mejores maneras de desconectar. Después de subir a Instagram la foto de postureo con tus amigos, apaga el móvil y ponte en modo “zen”. Estar rodeado de montañas y naturaleza es el mejor medicamento para curarse del estrés del día a día. En algunas zonas no hay cobertura, así que sí o sí tendrás la excusa perfecta para olvidarte de los grupos de WhatsApp unos días y disfrutar al 100% de esta escapada.
3. Disfrutar de la nieve
No se sabe por qué, pero la nieve saca el niño que llevamos dentro a todos, no sé libra nadie. Porque, ¿quién no disfruta con una guerra de bolas de nieve?, o ¿construyendo muñeco de nieve?, o simplemente haciendo el típico ángel… a lo película total todo, apetecible ¿a que sí? Por no hablar de los preciosos paisajes blancos que nos regala la nieve… Siéntete como un niño, ¡y además rodeado de tus amigos!
4. Estar con los de siempre
Puede parecer misión imposible lo de reunir a todos. En todos los grupos de amigos pasa lo mismo, nunca se hace pleno, parece algo más complicado que encajar las últimas piezas del Tetris y eso que a veces es para unas simples cañas, y oye, que no hay manera. Pero cuando se trata de una escapada como esta, ni el que siempre falla se la pierde. Porque quien falte, sabe de sobra que durante las quedadas de los próximos 10 años tendrá que escuchar las anécdotas que se perdió. Por eso, y porque nunca coincidís todos, es el momento de fijar una fecha y que la pongáis como prioridad en vuestra agenda real de eventos sociales. ¡Pero la nieve no espera, hay que darse prisa!
5. Adrenalina en estado puro
Sí, esa sensación tan adictiva que se produce cuando algo nos da vértigo y emoción a la vez. El telesilla ya crea en nosotros ese cosquilleo en nuestra tripa, pero lo mejor es cuando llegas a la pista y empiezas a bajar, es una sensación de libertad y velocidad única y inexplicable. Te sientes un experto aunque no pises una pista negra ni en tus mejores sueños porque es tu primera vez esquiando. Adrenalina pura, estés al nivel que estés.
6. Mañanas de esquí, noches de fiesta
Cuando cae el sol, la vida nocturna empieza en las zonas de nieve. De las más conocidas, están en Baqueira-Beret, Sierra Nevada, Formigal o Grandvalira, aquí podréis encontrar grandes fiestones con incluso DJ’s de renombre, bailaréis como si no hubiera un mañana. También podréis optar por un ambiente más “chill” de bares y tapas en las que disfrutaréis de buenas noches con vuestros amigos, ¡tenéis para elegir de todo!
7. Risas aseguradas
Esto sí o sí lo tendréis. En todos los grupos de amigos está el típico patoso, o el amigo de los chistes y las bromas. Esos que nos aportan las risas y caídas necesarias para reírnos hasta que nos duela la tripa. Esos momentos que hacen de esta escapada una llena de anécdotas para vuestra gran colección.
8.Y no todo va a ser esquiar
Las estaciones de esquí están llenas de actividades que no os querréis perder. Podréis practicar otros deportes como el snow, las tirolinas o el tobogganing. En casi todas las pistas también tienen una zona para relajarse, un balneario de agua calentita, jacuzzi, burbujas y masajes que nos dejarán como nuevos y listos para seguir disfrutando.
9. Gastronomía de calidad
Después de tanto ejercicio, no hay nada mejor que reponer fuerzas en algunos de los restaurantes que ofrecen las pistas de esquí. Menús exquisitos a unos precios asequibles. Y cuando estamos cansados no hay nada mejor que un café calentito al sol, disfrutar de las vistas, de la compañía y dejarse llevar por el momento.
10. Llega a tu destino con ALSA
Porque como siempre, queremos formar parte de vuestra aventura, en ALSA disponemos autobuses que os llevarán a vuestro destino. Olvidaos del coche y de la gasolina, que eso lo ponemos nosotros. De lo único que os tendréis que preocupar de principio a fin será de disfrutar, ¡pillad en www.alsa.es vuestro billete y a esquiar!
Razones tenéis de sobra, ahora solo os queda decisión ¿os animáis?