Arquitectura en Barcelona: más allá de Gaudí
Barcelona es una ciudad que enamora nada más pisarla. Sus imponentes edificios se rinden ante ti en unas enormes avenidas que parecen haberse medido de forma casi escrupulosa, combinándose con el más absoluto caos de los barrios más antiguos de la ciudad.
El genio Gaudí es el arquitecto por excelencia de Barcelona. Él es el encargado de haberte hecho estremecer contemplando su Sagrada Familia. Es el que te hace soñar con un mundo casi fantástico cuando descubres la historia que se esconde detrás de la fachada de la Casa Batlló y tampoco puedes evitar viajar a otra época imaginando quién vivió en La Pedrera.
No obstante, Gaudí no es el único arquitecto que consiguió que Barcelona fuese una ciudad monumental. Detrás de algunos edificios que puedes ver a pie de calle paseando por sus calles, se esconden grandes genios de la arquitectura con impresionantes historias detrás. ¡Aquí te desvelamos algunos de ellos!
El estilo de Domènech i Montaner
Lluís Domènech i Montaner era un famoso arquitecto modernista de numerosas obras que podemos visitar en Barcelona. Una de las más importantes es la Casa Lleó Morera, ubicada en la famosa Manzana de la Discordia del Paseo de Gracia. Este edificio fue una de las mansiones burguesas que se construyeron a finales del siglo XIX cuando la ciudad comenzó a crecer con más fuerza. El nombre ‘Manzana de la Discordia’ hace referencia a la competitividad que mantenía este arquitecto con Gaudí y Puig i Cadafalch, que también asentaron sus proyectos en aquel tramo del Paseo de Gracia. Otros de sus proyectos son el Hotel España, el Castillo de los tres dragones o el Palacio de la Música catalana.
Puig i Cadafalch, otro gran genio del Paseo de Gracia
Josep Puig i Cadafalch fue, junto con Gaudí y Domènech i Montaner, uno de los grandes arquitectos modernistas de Barcelona. Junto a estos dos, Puig i Cadafalch también construyó una de sus obras más famosas en la denominada Manzana de la Discordia, que hoy conocemos como Casa Amatller. Se trata también de una mansión que habitó la familia Amatller, cuando el chocolatero Antoni Amatller se hizo con ella. Desde hace unos cuantos años es la sede del Instituto Amatller de Arte Hispánico. Entre otras de sus obras, destaca la Casa de les Punxes o la proyección de la Plaza de España de Barcelona.
Elías Rogent
Este arquitecto y docente catalán fue profesor de futuros genios como el ya citado Domènech i Montaner. Su estilo es quizá menos atrevido que los anteriores, ya que en cada una de sus obras, dejaba clara su devoción por la arquitectura neomedieval. Entre algunas de sus obras más famosas destaca principalmente la construcción de la Universidad de Barcelona, el Museo de Cera, el Seminario Mayor, o la Casa Arnús en el Paseo de Gracia.
Enric Sagnier
Enric Sagnier fue un arquitecto municipal de la Barcelona modernista, por lo que contribuyó de forma decisiva en la remodelación y ampliación de la ciudad. Numerosos edificios como la Aduana del Puerto o el Palacio de la Justicia llevan su nombre entre los arquitectos que participaron. Sin embargo, quizá su obra cumbre fue la proyección del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús, en el Monte Tibidabo. Su construcción duró casi sesenta años, y está claramente inspirado en el Sacré-Coeur de París.
Joan Rubió
Joan Rubió i Bellver aprendió del que hoy se considera el arquitecto más grande de Barcelona, Antoni Gaudí. Aunque comienza siendo modernista, poco a poco sus obras van adquiriendo otra apariencia distinta de este estilo. Además de construir importantes mansiones de la época como la Casa Pomar o la Casa Golferich, una de sus obras más representativas se encuentra en el Barrio Gótico. El puente del Obispo o Pont del Bisbe fue uno de sus proyectos más importantes para la ciudad, tratándose de un puente flamígero que atraviesa la calle del Obispo y une la casa de los Canónigos con el Palacio de la Generalitat de Cataluña.
Pere Falqués
Este arquitecto municipal también participó en ambiciosos proyectos del Ayuntamiento en su interés por remodelar la ciudad y hacer de ella una gran urbe que reflejase los buenos tiempos que vivían sus industrias. Pere Falqués colaboró, entre otros proyectos, en la reorganización del Parque de la Ciutadella o la remodelación del Gran Teatro del Liceo. Sin embargo, sus obras más representativas pueden verse fácilmente por las calles barcelonesas. Y es que Falqués fue el encargado de diseñar el alumbrado de las principales calles de la ciudad, entre las que destacan las icónicas farolas del Paseo de Gracia, que cuentan con sus propios asientos de trencadís.
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