10 personajes que te encuentras en tus comidas de Navidad
La Navidad está literalmente a la vuelta de la esquina y sobrevivir a ella puede ser todo un récord. Sí, vale, volver a casa es el mejor regalo, pero salir vivo de una fiesta navideña es casi un verdadero milagro.
Hoy queremos reconocer y reivindicar el valor de todos aquellos que aguantamos una cena o comida de Navidad. Esos que nos comemos las 20 rondas de platos, aperitivos, postres y polvorones y después nos vemos obligados a salir rodando ante la imposibilidad de mover articulación alguna. Esos que lo damos todo en Nochevieja. Y por supuesto, esos que soportamos a ciertas compañías en las reuniones familiares.
El post de hoy va por todas esas personas, o “personajes”. ¿Cuáles no faltan en tus comidas?
El tío que habla de política
Todos estáis felices y contentos por la efusividad navideña cuando de repente alguien hace un comentario sobre la política actual. Notas entonces que el langostino se te atraviesa en la garganta, tratas de tragarlo rápidamente y esperas que nadie haya escuchado nada. Pero cuando levantas la cabeza del plato, es demasiado tarde. Tu familia ya se ha enzarzado en una guerra abierta. Las croquetas vuelan por la mesa como misiles y tú solo quieres llorar y escuchar “All I want for Christmas is you” escondido en un rincón de tu casa. Todo por él, ese individuo que siempre saca el tema prohibido: la política. Con lo fácil que es matar el silencio incómodo con la broma de los cuartos y las campanadas en Nochevieja…
La abuela que te pregunta por el novio que no tienes
Adoras a tu abuela y tu abuela te adora a ti. Ella, entonces, cree que lo idóneo entre vosotros es no tener filtros. Por eso, tengas 15 ó 30 años, siempre va a preguntarte que cuándo te casas, que qué tal está tu pareja y que cuándo te la vas a traer a las reuniones familiares. También aprovecha para decirte que has engordado unos kilitos y que, aunque no seas su nieto preferido, ella siempre te ha querido mucho. Tú te resignas, sonríes y te metes un mazapán en la boca para no tener que responder.
El novio de tu prima que nunca habla
Es un ser flotante y semi inerte que pulula por tu casa en estas fechas. Lleva años viniendo y deja un rastro de olor a colonia por donde pasa. Pero, si te pones a pensar, averiguas que crees que aún no has escuchado su voz. Necesitas unos segundos para dar con su nombre en tu cabeza porque nunca has tenido la necesidad de llamarlo. Supones que el chaval es majo, pero no es algo que puedas afirmar con total seguridad.
Tu prima influencer
En tu familia siempre ha habido mucha confianza. Tu tía Paqui te recibe en Nochebuena con falda, medias negras y zapatillas de andar por casa y tu abuelo siempre se planta la bata, que es como más a gusto se está. Pero eso a tu prima le da igual, porque ella ya tiene pensado el outfit de toda la temporada invernal. Ella, a pesar de los menos diez grados centígrados que hay en la calle, aparece con un vestidazo con la espalda al aire digno de poses imposibles y miles de likes. Lo cierto es que seguramente en su pasado fuese choni, pero desde que descubrió lo que eran Instagram y el contouring, es una persona nueva totalmente reinventada. Mantente alerta, porque es más que probable que te ofrezca un selfie con orejas de perro.
El niño prodigio
En todas las familias está ese niño prodigio y un tanto repelente que lo hace todo bien. Canta, baila, actúa, toca la trompeta, salta en paracaídas, juega al fútbol, hace el pino puente y saca dieces en matemáticas. Estrellas nacionales como Marisol o Joselito quedaron ensombrecidas por el resplandor de este niño aleatorio siempre acompañado de unos padres coraje que te obligan a aplaudirle cuando se aprende un villancico. Cada movimiento, cada gesto y cada sonido que emite el pequeño genio es observado y admirado por toda tu familia. Luego ese niño crecerá, será ingeniero, astronauta o concursante de reality y tú te enterarás de cada paso que da porque sus padres, orgullosos, se encargarán de llamarte para contarlo.
El abierto de mente
Se fue de vacaciones dos semanas a Tailandia y volvió insoportable. Una vez buscó en Google la palabra «mantra» y ahora intenta meterla en cada frase que dice. Él, desde que salió del pueblo, se define a sí mismo como «abierto de mente». Tú le sigues queriendo porque hay un amor especial que va en la sangre, pero lo cierto es que no soportas sus falsas lecciones morales.
Los anfitriones histéricos
Son los encargados de que cenes esa noche. A cambio, ellos solo te piden que tengas cuidado al sentarte para no rozar la silla con la pared, que no manches el mantel, que ni se te ocurra subir los pies si te sientas en el sofá, que no pienses ni por un segundo entorpecer el paso parándote entre la cocina y el comedor, y que nunca, bajo ningún concepto y cualquier circunstancia, dejes tu bebida en la mesa sin utilizar un posavasos. Te recriminarán que no ayudes a poner la mesa, pero no te dejarán llevar un solo aperitivo, así que tampoco oses tocar uno de sus platos para recoger porque te asesinarán con la mirada. Tú simplemente déjate llevar y acepta que te van a juzgar.
El primo al que nunca ves salvo en Navidad
Como el buen vino o los bombones caros, tu primo solo se deja ver en las ocasiones más especiales. Cumplió los 18 y nunca más se supo hasta la siguiente Navidad. No va a los cumpleaños y se salió del grupo de Whatsapp por el que tus tíos intercambian memes y chistes en cadena. Eso sí, cuando lo ves, parece que no han pasado los días.
Los padres primerizos que han leído demasiados libros sobre padres primerizos
No te dejarán tocar a su bebé, que es precioso, porque vienes de la calle y te han visto sonarte los mocos. Le prohíben el azúcar, el chocolate y las grasas saturadas y declaran que la vida no sería igual sin toallitas húmedas. Es posible que este bebé acabe siendo un niño prodigio con padres coraje, de los cuales ya hemos hablado anteriormente. Y tranquilo, si se pone a llorar, el llanto acabará pronto a base de tablet.
El soltero o soltera
Puede que este personaje seas tú. Es posible. Pero oye, tu dignidad siempre por delante. Deberás ser fuerte si son tus primeras fiestas siendo adulto y soltero, porque seguramente estas Navidades sean la prueba de fuego de tu autoestima. Si superas todos los comentarios y preguntas que recaerán sobre tu persona, serás inmune a cualquier daño moral. Ya no te duelen los «¿y cuándo te casarás?» de tu abuela, ni te molestan los «al final no tenéis descendencia» de tus tíos a tus padres. Porque tú eres mucho más fuerte que todo eso y sabes que no necesitas el amor. O sí. O bueno, ya veremos. Pero tú no te agobies.
Éstos y otros personajes navideños aparecen casi por sorpresa en cada familia por estas fechas. Pero, ¿acaso no son lo mejor que tienes? Volver a casa es el mejor regalo, así que consigue tus billetes en www.alsa.es y sorprende a los tuyos por Navidad.